El vehículo conectado propulsado por hidrógeno
Tras varias generaciones de vehículos experimentales, Hyundai marcó un hito en 2013 con su iX35 FCEV, primer vehículo de pila de combustible producido en serie. Cinco años después salió al mercado el Hyundai NEXO, mucho más avanzado, con el que Hyundai ha matriculado el primer FCEV en España. Es muy significativa la apuesta del gigante coreano, que siempre da pasos tecnológicos muy firmes. Demuestra que el hidrógeno es uno de los pilares de desarrollo del automóvil, pues compatibiliza ecología, independencia energética y, algo que pocos saben, los coches de hidrógeno son muy divertidos y agradables de conducir.
¿QUÉ ES UN FCEV?
Su nombre lo dice casi todo, Vehículo Eléctrico de Pila de Combustible (Fuel Cell Electric Vehicle). La gran diferencia con otros vehículos eléctricos estriba en que la energía es “generada a bordo”, ya que la pila de combustible es una mini-central eléctrica. Así no necesitamos instalar tan pesadas baterías, reducimos drásticamente sus tiempos de carga y elevamos su autonomía notablemente. Cuando el hidrógeno se agota el repostaje sólo lleva 5 minutos, con los que el NEXO adquiere una autonomía según el nuevo y muy realista ciclo WLTP de 666 km (y hasta 822 en entorno urbano). Puede, por tanto, repostarse en “hidrogeneras” tan sencillamente como un gasolina o diésel. Esto es una ventaja inmensa en países como España, donde tres cuartas partes de la población carece de plazas de aparcamiento en las que instalar cargadores de vehículos eléctricos.
El rendimiento del Hyundai NEXO es muy superior a un coche con motor de combustión, su consumo homologado es inferior a 1 kg de hidrógeno por cada 100 km. Las pilas de combustible aprovechan muy bien el hidrógeno, hasta un 60% de la energía que contiene mueve efectivamente el vehículo. Las ventajas energéticas son máximas en uso urbano. Los diésel quedan muy lejos de estas cifras y más lejos aún las mecánicas de gasolina.
¿CÓMO FUNCIONA EL NEXO?
El hidrógeno se almacena en 3 tanques, que suman 156 litros. Pese a ir comprimido a 700 veces la presión atmosférica caben poco más de 6,3 Kg. porque el hidrógeno pesa muy poco, es el elemento más ligero (y abundante) de la naturaleza. El hidrógeno es alimentado a la “pila de combustible”, que así se llama por ser un apilamiento de cientos de celdas. Cada una de ellas recibe en uno de sus lados aire y en el otro hidrógeno. Los lados de las celdas están separados por una membrana, que permite el paso de los núcleos de hidrógeno. Sin embargo, sus electrones no pueden atravesarla y se ven obligados a recorrer un circuito eléctrico. Forman así una corriente eléctrica que al sumarse a la de las demás celdas dan una poderosa alta tensión. El núcleo del hidrógeno se une a su electrón y al oxígeno del aire en el otro lado de la celda para formar agua pura, que es lo único que sale por el escape.
La pila del NEXO cuenta con un turbocompresor eléctrico, que junto a su enfriador aire-agua duplica la presión de trabajo del modelo precedente. Esto ha permitido reducir su tamaño, mejorando la integración en el vehículo.
Como en todos los coches electrificados, contamos con una batería de alta tensión que recoge gran parte de la energía durante las frenadas, evitando así derrocharla en los frenos. La energía almacenada vuelve al sistema para alimentar el motor eléctrico en aceleraciones, aumentando notablemente la eficiencia energética del NEXO. Esto se conoce como “frenada regenerativa”.
Es muy divertido de conducir y más cómodo que el más cómodo de los coches automáticos. El motor eléctrico de 163 CV simplemente no precisa cambio gracias a su masiva entrega de par, una sola marcha permite arrancar (sin embrague), acelerar contundentemente con tan sólo pisar el acelerador, y con la misma soltura alcanzar unos muy respetables 179 km/h. Técnicamente era posible mucho más, pero se optó por primar otros aspectos en el desarrollo del NEXO.
¿POR QUÉ HIDRÓGENO?
El hidrógeno no es en sí mismo una fuente de energía. La ciencia prefiere llamarlo “vector energético”. Es decir, para obtenerlo hemos de consumir energía, que luego nos devuelve al consumirlo en la pila de combustible. Lo interesante es que permite aprovechar más eficientemente las energías limpias, muchas de las cuales son intermitentes (la eólica sólo se genera si hay viento, solar de día…). Además, la generación de renovables ocurre frecuentemente en horarios de poco consumo. Así, podemos aprovechar los excedentes eólicos nocturnos para generar hidrógeno con el que reforzar la producción eléctrica en horas diurnas, o distribuirlo en “hidrogeneras” para alimentar coches de pila de combustible (FCEV), limpios, cómodos y seguros. El hidrógeno, junto a otras tecnologías, nos liberará de los combustibles fósiles y sus inconvenientes emisiones. Y aún mejor, garantizará un suministro energético seguro, libre de los frecuentemente inestables países productores de petróleo. Ganaremos así nuestra independencia energética del exterior.