Acompáñanos en este viaje a las fábricas en el año 2060
Proyectar el futuro que queremos es el primer paso para construir ese futuro. No es un ejercicio de imaginación ni de simple elucubración, sino de visualización y, sobre todo, de decisión. Ha llegado el momento de decidir cómo queremos que sea nuestra industria en el futuro.
En un informe del año 2013, una gran multinacional tecnológica se atreve a imaginar cómo serán las fábricas en Europa en el año 2060. Proyectaban un sector industrial con plantas subterráneas ultraeficientes, robots biónicos y controles biométricos de acceso llevados a su máxima expresión. Todo ello, gestionado por una mano de obra más cualificada que abandona el trabajo manual por el software, con funciones de simulación productiva y control de la eficiencia.
Si así lo decidimos, es posible que también se impongan conceptos como la co-creación o tercerización masiva, por la que ingenieros de todo el mundo pueden participar en un proyecto. Esto, además de su evidente aportación a la innovación, reduciría todavía más los costes de las empresas.
Cuando hablamos de Industria 4.0, hablamos de mucho más que de automatización. Hablamos de reindustrializar nuestro país, de atraer empleo e inversiones, y de configurar una economía más resiliente. Porque, a medida que la tecnología se convierte en el vector principal de eficiencia para una fábrica, ¿qué necesidad habría de deslocalizar la producción?
Hablamos de la oportunidad de que España recupere el terreno perdido en I+D+i y repunte su competitividad internacional. Hablamos de impulsar el Mercado Único Digital, porque éste será la palanca esencial para una Europa más fuerte.
Hablamos, en definitiva, del papel que España y Europa jugarán en el nuevo mundo que se está configurando. En pocos años, el esquema Norte-Sur y Asia como la gran fábrica de Occidente podrían ser cosa del pasado.
El avance de tecnologías como el 5G, la fabricación aditiva, las soluciones de trazabilidad, la inteligencia artificial, el Internet de las Cosas o el blockchain, por mencionar algunas de las que conocemos en estos momentos, jugarán un papel clave en esta transformación de la industria europea. Resulta difícil de imaginar el impacto que podrían obtener también otras tendencias aún incipientes como la computación cuántica, los nanomateriales o los futuros sistemas de generación y almacenamiento energético.
El viaje a la industria del futuro arranca ya. Hacer realidad la visión que hemos compartido depende de todos: administración pública, inversiones privadas, empresas y asociaciones como la nuestra, desde la que procuramos evangelizar y dinamizar el entorno. ¿Nos acompañas?
DigitalES
Linkedin: DIgitalES
Twitter: @AsocDigitales
Web: www.digitales.es