La Cuarta Revolución Industrial es ya una realidad
Nuestra sociedad ha vivido varios momentos a lo largo de la historia en los que la aplicación de una tecnología ha supuesto un cambio radical en la forma de producir, de tal modo que ha llegado a transformar totalmente la calidad de vida de las sociedades. En las tres primeras revoluciones industriales, las tecnologías (vapor, electricidad y transistores) impactaron la capacidad productiva reduciendo las limitaciones de la fuerza y la automatización. Y potenciando en gran medida la capacidad manual del ser humano.
La cuarta revolución industrial se diferencia de las anteriores en que por primera vez se centra en romper las barreras del conocimiento mediante la aplicación de Internet de las cosas o IOT – para sensorizar y conectar, capturando así los datos de cualquier proceso- y las tecnologías de inteligencia artificial o IA- para extraer información y conocimiento de los datos, potenciando así la capacidad de decisión y la inteligencia humana.
Por lo tanto, ¿que permite esta revolución? Por mencionar algunos de los casos de uso que emergen de la aplicación de IOT e IA, podríamos hablar de robots capaces de aprender, vehículos autónomos, detección preventiva de anomalías, mantenimiento predictivo, realidad virtual inmersiva, etc.
Todo ello está permitiendo que todo tipo de industrias y sectores productivos mejoren sus procesos, para que sean más eficientes, seguros y puedan incluso predecir las necesidades de su negocio en mejor medida.
Sectores como el energético, aeroespacial, minería, petroquímica o el de automoción se encuentran inmersos en la transición hacia una industria completamente digital. Para Telefónica, en este proceso, IOT es un pilar del negocio para conectar de forma segura y eficiente objetos, al que desde hace unos años se ha sumado el desarrollo de las tecnologías de datos. Para nosotros es una prioridad ser el socio estratégico en la transformación digital de nuestros clientes, pues así ayudamos a evolucionar los actuales procesos industriales y hacerlos más ágiles y eficientes.
El cambio comienza en las propias factorías, ya que estas se han ido adaptando a las necesidades de fabricación de los nuevos productos de la era digital, que requieren procesos innovadores. Este cambio lleva consigo tres fases de evolución hasta llegar a la Industria 4.0: (1) la fabricación sin cables o la sensorización y conexión de todo mediante la tecnología IOT, (2) la virtualización de las capas intermedias o la recopilación de datos e integración en las plataformas de gestión de los procesos industriales y (3) la aplicación de la inteligencia artificial (IA) para la toma de decisiones.
En la primera fase de la fábrica inteligente se dota de sensores y se conectan todos los elementos de la factoría, transformándose en una fábrica sin cables. De este modo se habilitan líneas de producción más dinámicas y flexibles, que pueden adaptarse a los requisitos de producción de forma muy fácil.
Todo este proceso de transformación no sería posible sin la ayuda del Internet de las Cosas y su evolución hacia las nuevas redes Industriales IoT, las cuales aceleran su implementación, gracias a la progresiva implantación del 5G y protocolos LTE, que además garantizan que la transmisión de datos en los procesos se lleve a cabo con el nivel de seguridad y fiabilidad que las industrias requieren.
Una vez se ha dotado de IOT a la fábrica, la segunda fase se orienta hacia la recopilación de los datos capturados por los sensores, que una vez integrados en las plataformas de gestión industrial permiten la toma de decisiones en tiempo real.
Finalmente, se utilizan aquellos datos recopilados para realizar un análisis que ayude en la toma de decisiones. Gracias a ello se pueden detectar patrones de comportamiento y definir algoritmos para la gestión diaria de la fábrica, con predictibilidad a futuro para corregir y adaptar la producción en tiempo real.
Con esta transformación se tiene visibilidad de todo el ciclo de negocio (como puede ser la cadena de suministro o la logística interna), de tal modo que los gestores puedan tomar mejores decisiones y se pueda hablar de una fábrica 4.0.
Las cifras muestran que, aunque lento, el desarrollo de industrias más digitales en los últimos años es ya una realidad. En un informe sobre Industria 4.0, la consultora PwC confirma que más de un 50% de la industria ya ha comenzado el proceso de transformación, lo que demuestra que las empresas españolas están dispuestas y concienciadas con la digitalización.
Además, las industrias digitalmente avanzadas pueden incrementar la productividad en un 2,2% como indica el informe. Pero los beneficios de este cambio no se centran únicamente en el rédito económico: la personalización, demandada por el consumidor, se consigue también con la digitalización de todo el proceso de producción.
Dado que cuando hablamos de industria 4.0, hablamos de la industria conectada, la implantación del 5G jugará un papel muy importante y pronto hablaremos de redes IoT a nivel industrial para satisfacer las demandas de los consumidores del futuro. La Cuarta Revolución Industrial ha venido para quedarse y su alcance no solo mejorará la industria sino también la sociedad en la que vivimos.
Emilio Gayo, Presidente de Telefónica España