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Pymes industriales: retos de tamaño, oportunidades de futuro y la palanca de lo bien hecho en España

España entra en una etapa decisiva para su industria. Y en ese futuro que ya se está reconfigurando, las pymes industriales no son un actor secundario: son el corazón vivo que puede marcar el ritmo del nuevo ecosistema productivo. Pequeñas fábricas, centros de ingeniería, plantas y talleres en los que “lo bien hecho” sigue siendo una cultura, no solo un lema.

En cada rincón industrial de España hay una pyme que innova, que forma talento y que sostiene el pulso económico de su comarca. Empresas pequeñas y medianas en tamaño, pero enormes en impacto: sostienen empleo cualificado, generan comunidad, impulsan talento técnico, innovan con una determinación que trasciende su escala y mantienen viva una cultura del trabajo bien hecho que forma parte de nuestra identidad productiva.

En ellas reside una parte esencial del presente —y sobre todo del futuro— de la industria española.

 

Por ello conviene situar el punto de partida: cuánto representan estas pymes dentro del tejido productivo nacional.

España tiene un tejido empresarial amplio y diverso en el que las pequeñas y medianas empresas desempeñan un papel esencial y tienen una fuerte presencia. Según los datos más recientes del informe “Cifras pyme” (septiembre de 2025) de la Dirección General de Industria y de la Pequeña y Mediana Empresa, las pymes generan 11,38 millones de empleos, el 61,4% del total del empleo que generan las empresas del país.

Las grandes compañías, por su parte, emplean a 7,14 millones de personas (el 38,6% de los puestos de trabajo en empresas).

De los 11,38 millones de empleos en pymes, corresponden a autónomos sin asalariados 1,62 millones, lo que permite comprender mejor la verdadera dimensión del tejido productivo español y el peso real de las pymes en la economía.

En el sector industrial, esta realidad no es diferente. Si bien la estructura fragmentada puede plantear desafíos de escala frente a gigantes globales, el dinamismo, la flexibilidad y la especialización de las pymes industriales españolas son activos estratégicos esenciales.

La octava edición del Congreso Nacional de Industria (4 y 5 de febrero de 2026, Bilbao) invita a reflexionar sobre el papel crucial de estas empresas en un tejido productivo en plena transformación, marcado por la digitalización, la sostenibilidad, la geopolítica y las nuevas cadenas de valor. Y el lema del Congreso, «Lo bien hecho nos define», cobra fuerza y significado en el futuro de este segmento de pequeñas y medianas empresas.

Las pymes industriales en España se enfrentan a desafíos, pero también a enormes oportunidades reales que pueden convertirlas en protagonistas del cambio industrial del país.

  1. El punto de partida: la importancia estratégica de la pyme industrial

Las pymes industriales no son solo números; son pilares de la economía real. Generan empleo estable y de calidad, valor añadido regional, nutren el tejido empresarial de proveedores locales, fomentan vocaciones técnicas y arraigan la población al territorio.

Su papel es vital, representando la mayoría del empleo empresarial en España (más de 11,38 millones de puestos de trabajo).

Además, su presencia en sectores industriales clave refuerza la autonomía industrial del país y contribuye a diversificar la base productiva española.

Para que la industria siga impulsando a España como palanca estratégica, la modernización, el crecimiento y la internacionalización de las pymes industriales resultan imprescindibles.

  1. Desafíos y oportunidades para las pymes industriales

El contexto global es exigente y altamente competitivo, pero también está lleno de oportunidades reales para quienes sepan adaptarse.

  • Tamaño y escalabilidad: El tejido industrial español está fragmentado. Muchas empresas carecen de la escala suficiente para acceder a grandes mercados globales o absorber inversiones potentes en investigación, desarrollo e innovación (I+D+i).

Este reto abre, por contra, una oportunidad evidente: la cooperación empresarial, los clústeres y las plataformas compartidas permiten a las pymes ganar dimensión operativa sin perder su esencia, compartiendo tecnología, recursos y mercados. La colaboración y las alianzas estratégicas benefician las economías de escala.

  • Productividad y costes: La eficiencia es vital. En un entorno de costes crecientes, la optimización de procesos, la automatización y la digitalización ya no son opciones, sino necesidades operativas.

Pero la presión por la eficiencia se transforma también en oportunidad: cada mejora en procesos, cada automatización y cada avance digital refuerza la competitividad y libera capacidades para crecer.

  • Digitalización y tecnologías avanzadas: La integración de tecnologías avanzadas aplicadas a la industria o tecnologías 4.0 (fabricación avanzada, robótica, análisis de datos, inteligencia artificial) es un reto, pero también la palanca más potente para incrementar la productividad y abrir nuevos modelos de negocio, como la prestación de servicios asociados al producto (servitización).

La adopción de estas tecnologías no solo impulsa la productividad: abre puertas a nuevos modelos de negocio, servicios de valor añadido y vías de internacionalización que antes eran inaccesibles para una empresa de menor tamaño.

  • Acceso a la financiación: Invertir en modernización exige capital. Superar las barreras de acceso al crédito y los costes elevados de financiación es crucial.

Y aunque el acceso al crédito sigue siendo un desafío, la política de ayudas públicas y fondos europeos convierte la modernización en una oportunidad real y asequible para miles de pymes industriales.

El Gobierno impulsa la industria con inversiones: más de 3.300 millones de euros a través de los PERTE (Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica) para la reindustrialización; lo que incluye sectores como el automóvil, los microchips (PERTE Chip, con 330 millones ya asignados) o la industria electrointensiva (más de 600 millones en los 10 primeros meses de 2025).

  • Sostenibilidad y regulación: El creciente marco normativo sobre eficiencia energética, economía circular y criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ESG, Environmental, Social and Governance) es exigente. No obstante, las empresas que integren estos criterios de forma proactiva obtienen ventajas competitivas, desde una mejor imagen de marca hasta una mayor fidelización de clientes.

Lejos de ser solo una obligación normativa, esta transición verde es una ventaja competitiva para quien la integre a tiempo: diferenciación en el mercado; acceso preferente a nuevos contratos, líneas de crédito y financiación, inversiones, ayudas y subvenciones; y un mejor posicionamiento internacional.

A todo ello se suma una oportunidad histórica: la reindustrialización europea, que abre nichos de mercado para proveedores locales capaces de aportar fiabilidad, innovación y capacidad de respuesta.

  1. Ejemplos de «lo bien hecho» en las pymes industriales españolas

El talento y la innovación ya están presentes en el tejido industrial español. Muchas de las pymes del país demuestran desde hace tiempo cómo la especialización y la tecnología son el camino. Algunos ejemplos son:

  • Agrosingularity (Murcia): Esta empresa biotecnológica es un ejemplo de economía circular. Transforman subproductos vegetales de la industria agroalimentaria en ingredientes de alto valor para otras industrias, como la cosmética o la alimentaria. Su enfoque es un modelo de sostenibilidad aplicada.
  • IDEA Ingeniería (Huelva/Sevilla): Especializada en ingeniería avanzada y consultoría tecnológica, esta empresa demuestra cómo las pymes pueden liderar la transformación digital de grandes industrias (plantas químicas, energéticas) mediante la digitalización de procesos y la creación de gemelos digitales.
  • Etxe Tar (Elgoibar, País Vasco): Centrada en soluciones de máquina-herramienta y sistemas de producción llave en mano para la automoción y la industria aeronáutica. Su capacidad para innovar en nichos de alta precisión les permite competir globalmente.
  • Aura Intelligent Systems (Vigo): Esta joven empresa gallega desarrolla soluciones de inteligencia artificial y visión artificial para optimizar procesos industriales y logísticos, demostrando que la innovación disruptiva nace también en empresas de tamaño moderado.
  • Tecnic Bioprocess Solutions (Riudarenes, Girona): Empresa especializada en el diseño y producción integral de equipos para el sector biotecnológico y farmacéutico. Su innovación en biorreactores y sistemas de filtración (como los de un solo uso que eliminan la contaminación cruzada) les permite participar en proyectos de desarrollo de terapias celulares a escala global.

Estos casos demuestran que el tamaño no limita la capacidad de innovar, de exportar y competir globalmente, y de crear valor en sectores de vanguardia. Y muestran, además, que la industria española está formada por pequeñas empresas capaces de integrarse en cadenas de valor globales y aportar tecnología propia.

La innovación no se limita a sectores de tecnología avanzada. También está presente en industrias tradicionales con una fuerte identidad local. La reinvención y la adaptación a los nuevos tiempos es posible en sectores con gran historia industrial en España, que apuestan por la calidad gourmet y la apertura a mercados internacionales:

  • Turrones Vicens (Agramunt, Lérida): Un ejemplo de cómo un producto estacional y tradicional (con Indicación Geográfica Protegida (IGP) protegida) se convierte en una marca global mediante la innovación radical en sabores gourmet, un marketing cuidado y la expansión a mercados internacionales, adaptándose a los nuevos hábitos de consumo.
  • Conservas Serrats (Bermeo, Vizcaya): Empresa familiar centenaria del sector conservero que ha apostado por la máxima calidad y la pesca sostenible, diferenciándose de la producción masiva para posicionarse en el segmento gourmet y exportar a más de 30 países.

El futuro industrial está lleno de desafíos, pero la valentía y la visión de las pymes españolas, acompañadas por el marco de apoyo institucional, trazan una ruta clara hacia la modernización y la competitividad.

Conclusión: Liderar el futuro de la industria

Las pymes industriales españolas están ante un momento crucial. Pueden seguir siendo actores de nicho o aprovechar la transformación del sector para emerger con fuerza, especialización e internacionalización.

Convertirse en protagonistas exige tamaño, tecnología, estrategia, mentalidad de futuro y alianzas. Pero también requiere valentía, visión y propósito.

Porque en la industria, “lo bien hecho” no es solo producir. Es evolucionar, innovar, exportar, generar valor y construir futuro. Y en ese camino, las pymes industriales no solo pueden participar. Pueden liderar.

En esta transformación, el Ministerio de Industria y Turismo y el Congreso Nacional de Industria acompañan a las pymes en su camino hacia la modernización, la competitividad y la presencia global. Porque “lo bien hecho nos define”: construye industria, construye país y construye futuro; e impulsa a nuestras pymes como motor del desarrollo industrial español. El futuro industrial de España se construye con sus pymes.