Mi compañero es un robot: los ‘cobots’ llegan a las fábricas para trabajar con el hombre
Cientos de trabajadores comparten ya espacio en las fábricas con compañeros de acero. Los robots colaborativos o ‘cobots’ se han convertido en un aliado de los operarios en las cadenas productivas, porque les evitan las tareas más repetitivas, o incluso lesivas para su salud -como levantar bultos pesados-, pero no les excluyen del proceso productivo. Estos brazos robóticos agilizan las cadenas de producción con la supervisión del empleado. La fórmula máquina-hombre es una de las especialidades de Geniotic Solutions, la empresa tecnológica murciana pionera en la integración de la robótica colaborativa en la Región de Murcia.
«Los ‘cobots’ son especialmente útiles en los finales de línea de las fábricas, donde se realiza el trabajo más repetitivo, con el encajado, el empaquetado y el paletizado», explica el ingeniero mecánico de Geniotic, Marcos Hidalgo. Defiende que «el paletizado realizado por personas no es competitivo, es un trabajo de ergonomía cero y no aporta valor al producto». Con la ayuda de un robot colaborativo, «ese empleado puede dedicarse a tareas que sí aportan valor», asegura Hidalgo.
Suelen ser además la solución para las plantas fabriles con menos espacio, ya que el ‘cobot’ ocupa menos espacio, requiere menos inversión que un robot de grandes dimensiones y permite agilizar la salida de productos.
Será difícil que estos nuevos compañeros de trabajo compartan charla y café a media mañana, pero tampoco hay que verlos como una amenaza, aclara el especialista. «No se trata de eliminar al trabajador, sino de reubicarlo. Las empresas para ser competitivas van a tener que automatizarse, y hay que prepararse para la reubicación de las personas, ya que se buscará una mano de obra más cualificada», asegura el ingeniero. En la robótica colaborativa, el trabajador sale del proceso productivo y asume la labor de supervisión. Máquina y humano trabajan juntos sin que medien barreras de seguridad, que sí se exigen en las naves donde funciona un robot industrial.
«Romper la barrera de la automatización de las pymes» es uno de los objetivos de la ‘startup’ tecnológica. «No consiste en introducir maquinaria, sino la precisa que te haga más productivo y más competitivo en el mercado», aclara el experto. Una de las aplicaciones tecnológicas que aporta una máquina en la planta productiva es que «te permite obtener información, acumular datos y analizarlos para conocer los puntos de mejora para ser más eficaces», indica Hidalgo.
La robótica colaborativa forma parte de la Estrategia ‘Industria 5.0‘ promovida por el INFO; que pondrá en los próximos seis años más de 30 millones de euros para que el tejido empresarial de la Región incorpore mejoras a través de la inteligencia artificial, la robótica y la ciberseguridad.
Marcos Hidalgo, ingeniero mecánico de Geniotic