Tecnología IoT para el desarrollo sostenible
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible establecidos por la ONU son la hoja de ruta para lograr un futuro mejor y más sostenible para todos. E indudablemente, la tecnología IoT (Internet of Things) es una herramienta para alcanzar la anhelada transformación digital de una manera responsable.
De hecho, la tecnología IoT consiste en medir y controlar a distancia «cosas» previamente desconectadas, llegar a personas y objetos que la tecnología no podía alcanzar anteriormente. Y en ese proceso, también contribuye a alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible.
Hoy en día, gracias al IoT podemos conectar el mundo físico tal y como lo conocemos a través de nuestros sentidos con el mundo digital. ¿Cómo? Midiendo y controlando cualquier parámetro ambiental y enviando esa información a Internet para que pueda ser analizada y considerada para una toma de decisiones responsable.
Quienes nos dedicamos al IoT decimos que esta tecnología contribuye a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y la competitividad de las empresas. No en vano, las tres razones más comunes para invertir en IoT son hacer dinero, ahorrar dinero y no ir a la cárcel. O dicho de otro modo, esta tecnología permite reducir los costes de fabricación, mejorar la calidad de los productos, preservar el uso de los recursos naturales y dar cumplimiento a las normativas medioambientales progresiva y necesariamente más restrictivas.
Aunque los beneficios del IoT están claramente vinculados al desarrollo sostenible, el conocimiento de este vínculo es limitado. Las empresas y las administraciones públicas deben dar prioridad a los objetivos sostenibles en la fase de diseño de sus proyectos y, al mismo tiempo, maximizar el impacto social de su actividad aumentando el valor de sus propuestas.
Desde el sector privado, las empresas son conscientes de estas nuevas oportunidades y ponen en marcha modelos de desarrollo colaborativo entre ellas en busca de un objetivo común: la creación de un ecosistema que fomente relaciones win-win.
Sin embargo, existen barreras que limitan el despegue del mercado del Internet de las Cosas a favor de la sostenibilidad. Por ejemplo, hay que reconocer que las inversiones que se realizan son, en su mayor parte, pruebas de concepto que no favorecen las economías de escala. Además, existe una falta de estándares en la tecnología que no permite una interoperabilidad efectiva. Y hay una brecha entre los que tienen la tecnología y quienes tienen el dinero.
Por eso, las autoridades deben impulsar los beneficios del IoT para la sostenibilidad ambiental; a corto plazo, su acción es necesaria para promover políticas de desarrollo sostenible con medidas tanto de nivel normativo como económico.
En un informe del World Economic Forum en 2018 se afirmaba que el 84% de los despliegues de tecnología IoT se dirigían a los Objetivos de Desarrollo Sostenible o tenían la posibilidad de dirigirse a ellos.
En este sentido, en Libelium acabamos de publicar un informe identificando los objetivos de sostenibilidad de la ONU con los proyectos IoT más destacados que hemos desarrollado en los últimos cinco años.
Cabe destacar el papel que la tecnología IoT está desempeñando para tres de esos objetivos: garantizar la disponibilidad de agua limpia, su ordenación sostenible y el saneamiento para todos; adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos; y conservar y utilizar en forma sostenible los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible.
Entre los beneficios que se están alcanzando destacan proyectos que permiten controlar la calidad del agua tanto para el consumo humano y animal como para el uso de riego, mejorar la calidad del agua en las actividades de piscicultura para consumo alimentario, prevenir las inundaciones en las zonas rurales y urbanas por el desbordamientos de los ríos, reducir el despilfarro de agua con una gestión inteligente de las redes de suministro y controlar los vertidos tóxicos en ríos y mares para la conservación de especies.
Estos son solo algunos ejemplos pero las posibilidades son infinitas. ¿Qué más hace falta para hacer realidad la sostenibilidad? Inversión en IoT.
Alicia Asín, cofundadora y CEO de Libelium